Foto: AS Argentina

Por: Marcelo Rafael Ricciardulli

Durante la segunda mitad de 2020, toda la industria de cargas aéreas, organismos oficiales y no oficiales, aeropuertos, freight forwarders, personas y empresas dedicadas a la aviación, elaboraron pronósticos acerca de la capacidad que sería necesaria para poder abastecer la monstruosa demanda en el transporte de las vacunas contra el Covid-19, cuando todos los países comiencen a demandar estos productos farmacéuticos en forma masiva, desde los principales centros de producción hacia los países de consumo (en definitiva, todos)

Personalmente, he participado en mas de diez webinars, zooms y otras video conferencias (de las cientos que se han realizado), organizadas por distintos organismos, en las cuales participaron distintos paneles de notables profesionales representando los distintos ámbitos relacionados con la logística de las vacunas (aerolíneas, almacenes, freight forwaredrs, representantes de las administraciones de aeronáutica civil de los distintos países, handlers, representantes de gobiernos, laboratorios, etc.)

En todos esos encuentros, estos profesionales coincidían en lo desafiante que sería coordinar la logística global de estas vacunas. Para citar solo un par de ejemplos, TIACA (The International Air Cargo Association) realizo una encuesta en la cual se midió el nivel de preparación que creían tener las distintas empresas que participarían en la logística, mientras que IATA (International Air Transport Association) realizó una estimación preliminar indicando que se necesitarían 8.000 vuelos con aviones Boeing 747 cargueros para abastecer la gran demanda de capacidad.

En definitiva, miles de horas de trabajo invertidas en todos estos análisis y coordinaciones para sortear supuestos cuellos de botella que se generarían, utilizando distintas variables y corriendo distintos escenarios para intentar anticiparnos al gran desafío.

Con la observación de la forma en que se están desarrollando los acontecimientos, he llegado a una conclusión, muy personal, que podría no ser compartida por otros colegas, y es la siguiente:

  • Lo que saqué en limpio de todos esos encuentros es que, definitivamente, los procesos de liberación de los cargamentos de vacunas en los aeropuertos deberían ser coordinados eficientemente para evitar trabas y demoras producidas por las burocracias aduaneras y autoridades sanitarias. Este supuesto problema en realidad no está sucediendo, ya que al ser los Estados los receptores (consignatarios) de los embarques, estos se están asegurando de que esas trabas no existan, más aun cuando en muchos casos los presidentes y autoridades gubernamentales aparecen al pie del avión para tomarse una foto junto a los pallets con los contenedores de las vacunas, haciendo declaraciones y brindando un show de marketing político al respecto (lo cuál no digo que esté mal, solo intento ser descriptivo)
  • Otro de los factores que se mencionó como crítico fue el mantenimiento de la cadena de frío durante el transporte. En este sentido, los distintos proveedores de contenedores refrigerados activos y pasivos (Envirotainer, SkyCell, Va-Q-tec, C-Safe, etc) están demostrando estar a la altura del compromiso, en algunos casos desarrollando soluciones específicas para algunos rangos de temperaturas extremos, como la vacuna de Pfizer, que requiere -70°C. De modo que esta inquietud original esta siendo bien manejada, sin generar situaciones críticas.
  • Respecto a los 8.000 aviones Jumbo cargueros originalmente pronosticados por la IATA y los cuellos de botella en la capacidad disponible, todos los pronosticadores (y me incluyo) trabajamos sobre la hipótesis equivocada de que todos los laboratorios y demás centros de producción autorizados por éstos (como aquellos en la India), tendrían los miles de millones de dosis disponibles en una ventana de tiempo muy corta, lo que realmente hubiese generado un colapso. Sin embargo, casi en la totalidad de los casos, los laboratorios están teniendo problemas de producción, o por decirlo de otra manera, la capacidad de producción de vacunas no esta teniendo el ritmo que todos anticipamos.
  • Y en este error de pronostico responsabilizo principalmente a los laboratorios, quienes debieron ser mas realistas en este sentido, y no generar expectativas tan sobredimensionadas. Sinceramente creo que los laboratorios no supieron interpretar en su real dimensión lo que los especialistas en cargas aéreas estábamos tratando de coordinar. Tiendo a pensar que los laboratorios siempre tuvieron en claro que no estarían en condiciones de llevar a cabo una producción masiva de vacunas en un corto período de tiempo. Si nosotros (la industria de la carga aérea), hubiesemos sabido esto, creo que hubiésemos ahorrado tiempo y esfuerzo en elaborar escenarios que partieron de una premisa equivocada. Actualmente estamos observando que, en un vuelo de pasajeros, utilizando algunas posiciones en su lower deck (bodega inferior o belly compartment) y dependiendo de la vacuna embarcada, se están transportando aproximadamente 700.000 dosis (o más). De este modo, aún con la limitada disponibilidad de vuelos regulares, sumados a algunos vuelos charters asignados a la tarea, está resultando suficiente para atender el ritmo de producción de los laboratorios y el ritmo al que los distintos países están comprando las vacunas. Así, la capacidad disponible en los aviones tampoco está resultando ser un problema, como inicialmente se temía.

Ante todos estos acontecimientos, creo que deberíamos hacer y utilizar una palabra que siempre me generó una sonrisa de los antiguos GPS que usábamos en los automóviles cuando no seguíamos sus instrucciones, la cuál era: RECALCULANDO, Bip! Creo que la industria en su conjunto, y especialmente los organismos a cargo de realizar predicciones, deberían recalcular sus proyecciones acerca de la logística de las vacunas, y no entrar en pánico. Dada la dinámica actual y el flujo global de vacunas, la industria de la carga aérea está muy bien preparada y con total suficiencia para afrontar las necesidades de transporte presentes y futuras, aún con el handicap de tener todavía gran parte de las flotas de pasajeros en tierra (grounded).

Air Cargo Latin America

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