Actualmente estamos frente a mercados internacionales cada vez más competitivos, pero también cada vez más exigentes.
Las normas privadas de calidad suelen provenir de requerimientos del consumidor, los cuales son traducidos por algunos operadores del mercado internacional como suelen ser los distribuidores, las grandes cadenas de supermercados, los importadores, entre otros, esto con el fin de garantizar la calidad y la satisfacción del consumidor, generando confianza y credibilidad en los procesos que la empresa está alineando, con el fin de mantener una mejora continua en su desempeño.

Una empresa exportadora, cuya política de internacionalización se basa en potenciar su estrategia de mejoramiento continuo mediante la adquisición de certificaciones sociales y de sostenibilidad ambiental, no sólo alcanza niveles de exigencia que imponen grandes compañías, sino también logran satisfacer los requisitos de un cliente cada vez más comprometido con la justicia social y ambiental.
Las empresas que buscan mejorar su gestión a lo interno, con un alto compromiso de mejora continua incrementa su prestigio tanto a nivel nacional como internacional y brinda un valor agregado a sus productos o servicios, marcando así una gran diferenciación en los mercados internacionales frente a la competencia.

Existen una gran cantidad de certificaciones en el mercado, lo importante aquí es que la empresa logre identificar cuáles se ajustan a los requerimientos del mercado en el cuál quiere posicionarse y también que exista un alto compromiso por parte de la gerencia de la compañía frente a una inversión que a largo plazo se traducirá en grandes oportunidades y crecimiento corporativo.

Entre algunas certificaciones importantes que se pueden mencionar están:


ISO 14001: Esta certificación busca que las empresas reduzcan su impacto en el medio ambiente. Su propósito es apoyar la aplicación de un plan de manejo ambiental en cualquier organización del sector público o privado.


RAINFOREST ALLIANCE: Su objetivo es promover el uso de buenas prácticas de manejo de fincas, con el fin de que se logren conservar los recursos naturales, mejorar las condiciones de los trabajadores y proteger el medio ambiente.


GLOBAL GAP: Esta norma se basa en el desarrollo de buenas prácticas agrícolas cuyo objetivo es incrementar la seguridad de los productos (inocuidad), minimizar el impacto negativo del medio ambiente y la protección del personal.


COMERCIO JUSTO: Lo que busca esta certificación es mejorar el acceso a los mercados y las condiciones comerciales de los pequeños productores y los trabajadores en plantaciones agrícolas. Esta certificación contempla un precio mínimo garantizado por el producto que se exporta, más un premio cuyo objetivo es mejorar las condiciones de la comunidad.

AGRICULTURA ORGANICA: Lo que busca es minimizar el uso de recursos no renovables y no utilizar fertilizantes y plaguicidas sintéticos para proteger el medio ambiente y la salud humana.
Existen muchas más certificaciones que se pueden mencionar, sin embargo, lo importante es determinar cuál de ellas se ajusta a la realidad de la empresa y sobre todo al mercado al cuál quiere incursionar, esto sin dejar de lado el objetivo más importante: Que las empresas ajusten sus procesos bajo un esquema de responsabilidad social y ambiental ya que “quien produce un artículo es responsable del impacto del mismo durante su ciclo de vida”.

Fuente:
https://www.diariodelexportador.com/2019/10/la-responsabilidad-social-y-sostenible.html

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