Fuentes de APRATUC informaron que desde la región del Maule a la región de Aysén se cuentan 1.600 hectáreas plantadas con arándanos, de las cuales un 12% se encuentran en la provincia de Ñuble.En el último tiempo, las plantaciones están siendo afectadas por una plaga que se conoce comúnmente como el “cabrito del ciruelo” (Aegorhinusnodipennis). “Este insecto provoca daño tanto en su estado adulto como en su estado de larva, pero el daño principal es al estado de larva. Entonces, el daño que provoca es que produce galerías dentro de la raíz, lo que debilita la planta hasta llevarla a la muerte”, detalló la bioquímica del INIA Quilamapu, Irina Urtubia.

Urtubia señaló que “generalmente los agricultores se dan cuenta del problema cuando ven algunos adultos en la superficie, pero ya en ese momento está el daño instalado. Las hembras ponen muchos huevos, entonces se multiplica muy rápido”. La bioquímica explicó que en el proyecto que se encuentran trabajando, tienen la posibilidad de buscar qué hongos entomopatógenosy qué nemátodos pueden controlar el insecto. “La ventaja de los nemátodos, para que se entienda es como una especia de gusanito que tiene la capacidad de moverse dentro del perfil del suelo y encontrar la larva objetivo, son altamente específicos y, en este proyecto, encontramos dos aislamientos que controlan en laboratorio el 100% de las larvas, o sea, provocan el 100% de mortalidad, lo que es muy bueno porque quiere decir que en terreno estaríamos llegando cercano a un 80% en el mejor de los casos”, indicó.

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