Por: Marcelo Ricciardulli

En este breve artículo pretendo echar luz sobre lo que considero un abordaje hipócrita sobre la sostenibilidad en el transporte de cargas por vía aérea. Pero antes, quiero citar el significado del concepto “hipocresía”, según la Real Academia Española: «Fingir cualidades o sentimientos contrarios a los que verdaderamente se tienen o experimentan”.

Antes de iniciar, aclaro que esta es una opinión netamente personal, sin intención de ofender ni menospreciar los esfuerzos que la industria en su conjunto (aerolíneas, Estados, entes reguladores, organismos privados y públicos, etc) está realizando para reducir las emisiones de CO2 de los aviones que utilizan combustible fósil para su propulsión.

En un sentido amplio, apoyo la teoría que indica que el Dióxido de Carbono puede ser Héroe o Villano, dependiendo del uso, la concentración y el ámbito en el que se lo utiliza o se libera.

EL HÉROE

El Carbono no es malo cuando está donde debe estar y en las concentraciones adecuadas. Según Marco Boscolo, quién escribió un artículo muy interesante para el NATIONAL GEOGRAPHIC, entre tantos beneficios que aporta el Dióxido de Carbono a la vida, podemos mencionar que:

  • El Carbono (C) ayuda a formar las proteínas y el ADN de los seres vivos. En la atmósfera, se combina con dos moléculas de oxígeno para formar dióxido de carbono (CO2). Éste es un ingrediente crucial en la fotosíntesis, el proceso por el que las plantas transforman la energía del sol para convertir el agua y el dióxido de carbono en nutrientes. A cambio, las plantas emiten oxígeno
  • En otros ámbitos, se intenta redirigir el CO2 a invernaderos para utilizarlo como fertilizante y potenciar el crecimiento de las plantas
  • En la industria alimenticia, es esencial para conservar algunos alimentos en sus envases
  • Las altas concentraciones de este gas impiden la propagación de las bacterias
  • El dióxido de carbono puro es estéril y no es tóxico, por lo que tiene numerosas aplicaciones en la medicina y en procedimientos quirúrgicos
  • En la industria actual del vino y la cerveza, hace que el vino sea brillante y la cerveza espumosa, ayudando a evitar el proceso de oxidación responsable de que las bebidas tengan un sabor desagradable
  • Congelado forma el hielo seco, muy utilizado para la conservación de productos alimenticios congelados, en la medicina, etc.

EL VILLANO

Fue en 1896 cuando el científico sueco Svante Arrhenius relacionó el dióxido de carbono emitido por la quema de combustibles fósiles con el calentamiento atmosférico, mostrando así su lado malo.

Foto: National Geographic

He leído en algún medio que, según estimaciones, la aviación representaría aproximadamente el 2% de las emisiones globales de CO2. Como mencioné más arriba, cuando el Carbono (C) es utilizado para la generación de energía, al combinarse con dos moléculas de Oxígeno (O2) produce como residuo el Dióxido de Carbono (CO2). Las emisiones descontroladas de este gas en la atmósfera, además de ser responsable de la lluvia ácida, producen el tan temido “Efecto Invernadero”, cuya principal consecuencia es la contribución al calentamiento global.

Según las Naciones Unidas (UN), en su iniciativa Acción por el Clima, a medida que las emisiones de gases de efecto invernadero cubren la Tierra, atrapan el calor del sol, lo que conduce al calentamiento global y al cambio climático. El mundo se calienta ahora más rápido que en cualquier otro momento de la historia del que haya registros. Con el tiempo, las temperaturas más cálidas están cambiando los patrones climáticos y alterando el equilibrio normal de la naturaleza. Esto plantea muchos riesgos para los seres humanos y todas las demás formas de vida de la Tierra.

Contrario a lo que venimos leyendo en las líneas precedentes, este artículo no se enfoca en las emisiones de CO2 producidas por la combustión del Jet-Fuel, ya que esta amenaza está siendo abordada por la industria en general con algunas iniciativas tales como:

  • La utilización de SAF (Sustainable Aviation Fuel), al que aún le falta mucho tiempo para poder producirse a una escala que sea económicamente viable
  • Investigación y desarrollo de otros combustibles (hidrogeno verde, etc)
  • Compensación de emisiones por medio de los “bonos de Carbono”
  • Rutas de vuelos más eficientes
  • Utilización de aeronaves y motores más eficientes en el consumo de combustible
  • Infraestructura para el repostaje
  • El Protocolo de Kyoto, el cual no prosperó por, entre otras razones, la falta de compromiso de algunos países ricos
  • El programa “Blue Sky” de TIACA
  • Etc.

Me molesta mucho, pero mucho en realidad (y hasta me resulta un acto de hipocresía), que al mismo tiempo que se habla y se invierten tantos recursos en intentar reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, no se este poniendo el foco de igual forma en un contaminante generado por la industria de las cargas aéreas en particular, a mi criterio tanto o más contaminante que el uso de combustibles fósiles.

Si, IATA, TIACA, Estados, organismos, líneas aéreas, exportadores, almacenes… Esto es un llamado a todos ustedes con un grito desesperado ¿¡Cuándo vamos a encarar seriamente iniciativas CONCRETAS para la reducción o eliminación inmediata del uso de PLASTICOS en la industria!? Salvo alguna iniciativa privada (que no voy a mencionar el nombre para no hacerle publicidad) es alarmante ver cómo se continúa utilizando el plástico a gran escala por parte de la mayoría de los exportadores y por parte de los almacenes en los aeropuertos en el armado de los ULDs, tanto en el conocido “shrink wrap” como en el recubrimiento exterior de los pallets (pallet cover).

Polythene Pallet Top Cover Sheets | Wessex Packaging

Si bien la utilización de estos plasticos de un solo uso (polietileno) es una opción de bajo costo y muy comoda, tardan miles de años en descomponerse y son huéspedes cada vez mas visibles en vertederos de todo tipo, contaminando ciertamente la vida en nuestro planeta. Ya no hay como ni donde desecharlos de una forma segura, atentando contra la sostenibilidad de la que tanto nos llenamos la boca.

Algunos dirán… “pero el plástico es utilizado en todos los ámbitos de la vida moderna”. Claro que estoy de acuerdo con esto, pero desde nuestra industria no podemos cambiar el mundo, solo podemos mejorar nuestra actividad, y tristemente veo que no estamos haciendo NADA a nivel global y en forma organizada para reducir o eliminar el uso de plásticos en nuestra industria.

Entre tantos ítems a medir por parte de la industria, el programa Blue Sky de TIACA, en el punto 10 de las “30 prioridades para el transporte aéreo de carga” (página 20), menciona: “Eliminate single-use plastic and foam”. Con todo respeto a TIACA, organismo al que valoro y que está realizando un gran trabajo, la eliminación del uso de plásticos en carga aérea se pierde entre otras 29 iniciativas de mayor o menor complejidad, en un proceso de diagnóstico que será largo y difícilmente llegue a una acción concreta. Personalmente, considero que la reducción del uso de plásticos en los dos procesos descriptos anteriormente (shrink wrap y pallet cover), dado el uso intensivo y masivo, así como por el descomunal impacto que generan en el medio ambiente, tienen que abordarse en forma independiente al resto de las iniciativas, creando un «COMITE DE CRISIS» entre todos los actores de la industria, para resolver esto en forma URGENTE.

Como en muchos otros ítems, en temas de iniciativas de sostenibilidad, la aviación comercial muestra una velocidad distinta, ya sea para la actividad de transporte de pasajeros o para el transporte de cargas. En el área de pasajeros, concretamente se está tendiendo a la reducción en la utilización de plásticos de un solo uso, se están utilizando materiales reciclados en la confección de uniformes, etc. ¿Y que estamos haciendo, concretamente, en la industria de cargas aéreas para reducir la contaminación? Poco y nada. Solo algunos programas con enunciados, y mucho “wishful thinking”.

Air Cargo Latin America

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